11 nov 2010

The Duck Incident

Si existe algún adjetivo para describir este fin de semana es AWESOME!

  • El contexto: Aparecen unos colegas de Sara procedientes de Leuven (Bélgica) a pasar el fin de semana.
  • El elemento sorpresa: El pato. 
  • El resultado: Como malditos perros, o como diría el sabio: como unas rosas.

Y hasta ahí se podría decir, y dejar la historia como una auténtica leyenda, algo que solo pudimos disfrutar unos pocos. Sin embargo, muchos escucharon los ecos del sarao y preguntaron qué carajo significaba aquel cartel que colgaba de la puerta de Sara que rezaba: "Feliz 1996"

Pocos podían creer el viernes cuando nos juntamos para ver el partido del Shalke 04 y el doblete de Raúl que la cosa se nos iba a ir completamente de las manos. El asunto es que sin saber cómo acabamos celebrando fin de año. Todo empezó por una serie de confusiones en el Netto, primero con el falso licor que compraron (resultó ser una bebida piruletesca para niños) y luego con un par de calendario de adviento.

Y así fue como comenzamos a ver videos de martes y 13, del bueno de Eugenio... etc, para acabar con un gran video de Anita Obregón pasando frío y el bueno de Ramonchu con su capa al viento. Coñas de móviles, quedar para las 2, "tranquilos, aún no, que son los cuartos", abrazos para todos, y luego lo que pasa los fines e año: Feria hasta el sol.

Lo del día siguiente ya fue una cosa de locos, cuando yo llegué tarde a unirme a estos, el cartel de "Feliz 1996" aún colgaba de la puerta, y allí estaban, con un juego de cartas, 16 litros de mocho, con una cerveza hacíendo de mesa, un corro de bebedores se debatía entre miles de normas y una explicación: "Tienes que coger una carta del círculo. -Me explicaban.- Si al cogerla, dejas el círculo abierto, bebes, si te sale un 5 te bebes el medio litro de mocho con cerveza de ahí. Si sale un Rey tienes que beberte otro medio litro de mocho del tirón, desnudo, en el patio, y con el pato". -El resto de cartas hacían que alguien bebiera. Y sentenció: "es lo que tiene llegar tarde".

Yo sinceramente no pude prestar demasiada atención. Porque allí había un pato. ¡Un pato! Yo estaba atónito. ¿Por qué aquella banda de descerebrados tenía un pato? Uno no podía hablar, otro escondía la mirada, otro pinchaba temas de Rafael sin poder tocar el ordenador... y entre todo ello un pato. Aquel pato parecía una macetera o algo así. La cuestión es que sin poder quitarle los ojos respondí: "Pero... ¿por qué no estamos bebiendo del pato?"

Aquello acabó con una feria gigante, bailando hasta las mil en el after. Por supuesto que ya estabamos entonces bebiendo del Pato y con los vigilantes de la playa de fondo acabó sonando el Xabarín junto con el sol.

Hermosa práctica para la primada del 1 de enero. Algo así ocurrirá, 2 días de fiesta sin parar.

Desde Saarbrücken un saludo para el resto de Erasmus y resto de desplazados. Hubo un gran encuentro este finde, uno de esos que se agradecen y que recordaremos largamente.

Allí había un pato, os lo juro.