De vuelta

Lo primero y antes de todo. Kahn en la tele, de traje y hablando en alemán, parece un auténtico nenazas. Pensé que ganaría viendolo en Alemán pero nanai.

Lo segundo. Acabo de llegar de Bélgica, y decir que aquello es una autentica pasada es quedarse incluso corto. Hemos pasado primero por Colonia, aun en territorio alemán. Su catedral hace honor a su fama, y sus más de 100 metros de altura de gótico barroco son más que impresionantes. He de decir en mi contra, que despues de los infinitos escalones por la escalera de caracol de piedra más larga que he visto en mi vida llegamos al hueco de la campana, donde una escalera de metal suspendida, al mas puro estilo andamio, te lleva a lo alto de la torre. Pues ahi mismo, al subir esa escalera, casi me hago caquitas. Me entró una de vertigo que ojito pájaro. Eso sí, la subida es impresionante, las vistas más, y llegar al mirador y ver que sigue subiendo la torre es aún más inquietante.

El intenrior es una pasada. Una fina luz se cuela por infintas vidrieras, para iluminar unos pilares que levantan la bóveda del templo a una altura, que no me sorprendería que se formaran nubes dentro. Personalmente me debatía si se me asemejaba más a lo que me imaginaba con Los Pilares de la Tierra, o a las Minas Moria...

Luego ya entramos en territorio Belga, campanarios de ensueño, torres altas como agujas. De color balnco reluciente donde banderas o relojes adornaban sus fachadas. Canales de agua para pasear en barco, pequeñas casitas todas adornadas con los tabletes o las cositas esas tan monas que les hacian a los tejados... Indignantemente precioso. Gante y Brujas son algo digno de ver.

Antes de eso, nos pasamos por Bruselas. El Atomix, que si os soy sincero, yo no me acordaba de el, pero luego recorde que estaba en el libro de ciencias del cole, es el edificio emblemático de la Expo de Bélgica del 60ypico. Un auténtico museo del retro-arte y una viaje a las antiguas pelis de ciencia ficcion. Una estructura metálica emulando la estructura cúbica de 6 atomos de hierro, que aloja un museo que recuerda la época de la carrera espacial, la guerra fria, y el despegue de una tecnología que no podía ni imaginar en que se iba a convertir.


De vuelta a Saarbrücken, paramos en Luxemburgo, y realmente fue precioso. Tiene poco que ver, eso es cierto, pero lo que ves realmente es precioso. Un pequeño pueblecito se esconde en medio de una fortaleza que proporciona un paseo excelente. Es un paraiso para los de allí, ves esas casitas tan monas, y luego te preguntas de donde sale el M5 que pasa por al lado... Detallazo cuando entramos en Lux con el coche y el GPS se nos nubló. Solo aparecían iconos de cajeros. En cada esquina había 3, y en cada calle un mínimo de 2. Esta claro que la ciudad moderna se puede permitir conservar toda la belleza de la ciudad antigua. Y lo hace!

Y ahora aquí estoy, viendo la jornada de selecciones, en un bar aleman, rodeado de alemanes, viendo ganar a Alemania. Prost por ellos!

Y otro gran PROST por Ruben y Nuria, los primeros valientes que se atreven a venir a visitarme, muy mucho les agradezco la visita al norte. Ha sido realmente AWESOME!

Apertas, nos vemos en la siguiente!